LIBRETO

El trágico amor
I ACTO
ESCENA I
Calisto encuentra a Melibea en la huerta y decide declararle su amor.
CALISTO: En este veo, Melibea, la grandeza de Dios.
MELIBEA: ¿En qué Calisto?
CALISTO: En la hermosura que te dio y en hacerme el favor de verte en un lugar tan conveniente para decirte lo que siento, que me encantaría estar junto a ti
MELIBEA: Que atrevimiento es lo que oigo. El intento de tus palabras, Calisto, ha sido de hombre que pretende salir para perderse en la virtud de una mujer como yo. ¡Vete, vete de aquí, que no puede mi paciencia tolerar lo que has dicho!
Calisto se va muy triste a su casa.

ESCENA II
Calisto entra a su casa triste y a la vez enojado y llama a Sempronio, su sirviente.
CALISTO: (enojado) ¡Sempronio, Sempronio! Esta listo mi cuarto.
SEMPRONIO: Si mi señor.
CALISTO: ¡Ya! Te puedes ir y no quiero que nadie me moleste.
Calisto se va enseguida a su cuarto y Sempronio se queda parado y habla consigo mismo.
SEMPRONIO: Pero que le pasa a este hombre, lo veo muy distinto que otras veces. Algo lo habrá sucedido. ¿Y si voy? No, mejor espero que me llame.
Calisto llama a Sempronio y cuenta su pena.
CALISTO: ¡Sempronio! Ayúdame por favor, no aguanto este dolor de mi corazón.
SEMPRONIO: Señor, estoy aquí para usted. Cuénteme todo lo que le pasa.
CALISTO: (triste) Me rechazaron Sempronio. Confesé a Melibea lo que siento por ella y me trato mal. ¿Qué dolor podrá igualarse con el mío?
SEMPRONIO: Mire mi señor, esas cosas de la vida, derrepente Melibea no es para ti.
CALISTO: Pero el fuego que siento por ella no se apaga. A Melibea adoro y en Melibea creo y en Melibea amo.
SEMPRONIO: Bien mi señor. Yo te sanare.
CALISTO: Cosas imposibles prometes.
SEMPRONIO: Más bien, fáciles. ¿No has leído al filosofo que dice que “así como la materia apetece la forma, así la mujer al varón”?
CALISTO: ¿Y cuándo veré yo eso entre mí y Melibea?
SEMPRONIO: Yo te lo diré. Hace tiempo que conozco a una vieja que se dice Celestina, hechicera, astuta, sagaz en cuantas maldades hay. Pero eso sí, cobra muy caro, pasan de 1000 soles.
CALISTO: Ya que importa. Solo quiero que me ayude lo más próximo. Así que ¡Vete ya! ¿Por qué tardas?
SEMPRONIO: Ya voy. Quede con Dios.

ESCENA III
Sempronio va a casa de Celestina.
SEMPRONIO: ¡Oh madre mía! Quiero que sepas de mi lo que no has oído, y es que jamás pude, después de que en ti puse mi fe, desear algún bien del que no tuviese parte.
CELESTINA: Abrevia y ve al hecho, que inútilmente se dice con muchas palabras lo que en pocas se puede resumir.
SEMPRONIO: Así es. Calisto arde en amores de Melibea. De ti y de mi tiene necesidad.
CELESTINA: ok! Ayudare a Calisto, ya tengo planeado que hacer en este caso.
SEMPRONIO: Bueno, que esperamos, vamos junto a él.
CELESTINA: ¡Vamos!

ESCENA IV
Sempronio y Celestina llega a la casa de Calisto y habla con él.
CALISTO: ¡Ya la veo!  ¡Sano soy! ¡Vivo soy! ¡Qué reverenda persona!
CELESTINA: Dios lo guarde, magnifico señor. Traigo conmigo la medicina para sus males.
CALISTO: Tan grande es mi problema. Aún más maravilla es que llegue vivo. Reciba este pobre regalo de aquel que con ella la vida te ofrece (entregándole una bolsa de tela con monedas). Luego recibirá al mayor, cuando mi problema halla solucionado.
CELESTINA: Así sea.

II ACTO
ESCENA I
Celestina en la casa de Melibea y Alisa abre la puerta.
CELESTINA: Disculpe, le puede avisar a Melibea que Celestina viene a visitarla.
ALISA: Pase, siéntese cómoda. Ahora le aviso.
Melibea junto a Celestina.
MELIBEA: Señora, ¿cuál es el motivo de su visita?
CELESTINA: Vengo a proponerle una situación que nos beneficiara a los dos.
MELIBEA: Dígame, ¿cuál es?
CELESTINA: Calisto me ha pagado para que yo haga que usted se enamore de él. Pero no quiero que eso suceda, mejor sería hacerlo sufrir.
MELIBEA: ¿Y cómo lo haremos eso?
CELESTINA: Hay que hacerle creer que te convencí para que se conocieran mejor. Y tu actuaras como si te estuvieras enamorando de él.
MELIBEA: Además que se ha creído ese, para querer comprar el amor, más aún de una chica como yo.
CELESTINA: Si tienes razón; es más; cuando este rendido a tus pies le sacamos todo el dinero que podamos y ya luego arreglamos, estaremos en comunicación.
MELIBEA: Trato hecho (extendiendo su mano).
CELESTINA: Bueno, me paso a retirar luego nos vemos.

ESCENA II
Celestina llega a casa de Calisto.
CELESTINA: Amigo Calisto, lo cumplí lo que tanto ha deseado. Melibea ha decidido darle una oportunidad en el amor.
CALISTO: ¿En serio? No lo puedo creer, entonces sí es cierto todo lo que dice de usted, es buena para juntar parejas.
CELESTINA: Pero por supuesto, es mi trabajo eso. Así que prepárese que hoy lo vera a Melibea.  
CALISTO: Entonces no espero más, ahora mismo voy junto a ella.
CELESTINA: No espere joven, mejor sería que la fuera a visitar más tarde. Además, no vaya con las manos vacías, lleve un presente, como chocolates o un peluche o quizás unas rosas y sea muy amable con ella para que lleve la mejor impresión de usted.
CALISTO: Tiene mucha razón, esperare unas eternas horas para ver a mi querida Melibea. Pero ahora mismo voy a comprarle unas rosas hermosas.

ESCENA III
Horas más tarde. Calisto en la casa de Melibea. Toca la puerta y le abre Alisa.
CALISTO: Buenas tardes, ¿se encuentra la señorita Melibea?
ALISA: Si, ¿Quién lo busca?
CALISTO: Dígale que lo busca Calisto.
ALISA: Ok, espere un ratito en seguida vuelvo.
Alisa junto a Melibea.
ALISA: Señorita, la busca un joven, dice que se llama Calisto.
MELIBEA:(alegre) Está bien, yo lo atiendo, ve a la cocina. 
Melibea ce a la puerta y le abre.
MELIBEA: ¡Calisto! Que sorpresa. Pasa, siéntate cómodo.
CALISTO: Ante todo mi bella dama, muy buenas tardes, y quisiera que acepte este pequeño presente.
MELIBEA: (sonriendo) Gracias, no te hubieras molestado. ¿Gustas algo de tomar?
CALISTO: No, gracias.
MELIBEA: Bueno, háblame de ti, ¿a qué te dedicas? ¿Qué haces en tus tiempos libres? ¿Cómo eres?
CALISTO: Soy una persona que ayuda en la empresa de mi padre, ya que soy único heredero y el que seguirá con el negocio. Además, no hace mucho que termine la Universidad la carrera de administración de empresas. También soy un joven muy respetuoso, solidario, y justo y conocernos mejor, te darás cuenta que no estoy mintiendo. Ahora tú, ¿háblame de ti?
MELIBEA: Bueno, en mi caso aun no termino la Universidad, me falta un ciclo, estoy estudiando contabilidad. Soy una chica respetuosa, amable, justa. También me gusta escuchar música en mis tiempos libres. Y eso es todo. ¡Ah! Si, si te daré una oportunidad.
CALISTO: Que afortunado soy, no sabes lo feliz que me hace escuchar esas palabras y más aun saliendo de tu boca.
MELIBEA: (sonriendo) No es para tanto. (mira su celular) Calisto, fue un gusto conversar contigo, pero me tengo que ir.
CALISTO: A también me gustó mucho conversar contigo. Espero se repita y por qué no salir también.
MELIBEA: Si, se repetirá y tal vez no una, sino varias.
ESCENA IV
Pasaron dos meses desde que Melibea y Calisto son enamorados.
CALISTO: Estos meses que hemos pasado juntos son los más maravillosos; cada día he notado que mi corazón late más por ti.
MELIBEA: ¡Ok! En mi caso yo no pienso lo mismo que tú. Y siendo directa quisiera decirte que durante este tiempo que he estado contigo he fingido este amor que te tengo.
CALISTO: ¡Que palabras oigo Melibea! No sabes cómo me siento por escuchar estas palabras que me estás diciendo. Dime que no es cierto ¡Por favor! (cogiéndolo de los brazos).
MELIBEA: (gritando y empujándolo) Y te dije! Nunca he sentido amor por ti, no me gustas, no me atraes.
CALISTO: Pero Melibea, ¿por qué me haces esto? Si te di todo mi amor.
MELIBEA: Mira ya me tienes harta. ¡Me voy de aquí!
Melibea se va de la casa de Calisto y él se queda llorando.

III ACTO
ESCENA I
Al siguiente día Calisto va a la casa de Melibea.
CALISTO: (tocando la puerta y gritando) ¡Melibea, Melibea!
MELIBEA: Pero que se ha creído este, para venir a mi casa a gritar. (abriendo la puerta) ¿Qué quieres?
CALISTO: (agarrándola de los brazos) Melibea tú no te iras de mi vida muy fácil, tu eres mía.
MELIBEA: (sacando con fuerza las manos de Calisto) Suéltame, no me vuelvas poner una mano encima, sino atente a las consecuencias. Vete de mi casa, ¡Vete!
CALISTO: Me voy, pero esto no se queda así, tu serás mía quieras o no.

ESCENA II
Al día siguiente Melibea manda a llamar a Celestina.
MELIBEA: ¡ALISA!
ALISA: Si, señora.
MELIBEA: Ve a casa de Celestina y dile que quiero hablar con ella, es urgente que venga.
ALISA: Esta bien señora, en seguida vuelvo.
Mientras que Alisa va y viene, Melibea habla consigo misma. Luego se pone a leer para calmar un poco los nervios.
MELIBEA: Creo que esto se está saliendo de control. Ya no puedo más con estas angustias, no pensé que Calisto se había obsesionado conmigo, pero cuando llegué Celestina nos iremos a verlo para acabar con eta situación. Ahora leeré para tranquilizarme un poco.
Pasaron unos minutos. Celestina junto a Alisa llegan a casa de Melibea.
ALISA: Señora, aquí esta Celestina.
MELIBEA: Esta bien, déjame a solas con ella, ve a ser tus quehaceres.
CELESTINA: Para que soy buena Melibea.
MELIBEA: Necesito que vayamos a ver a Calisto y de una vez por todas terminemos con este juego, ya no lo soporto, al parecer se ha obsesionado conmigo. Siempre está molestando. Me dice que soy de él y de nadie más y siempre será así quiera o no.
CELESTINA: Si creo que es el momento de acabar con esta situación no te preocupes yo te ayudare. Ahora mismo vamos a su casa.
MELIBEA: Vamos.

ESCENA III
Melibea y Celestina en la casa de Calisto, tocan la puerta y este les abre.
CALISTO: Sabia que volverías. Te perdono, no te preocupes dejemos todo atrás y volvamos a empezar.
MELIBEA: (entrando con Celestina) ¿Te volviste loco o qué? No vine a pedirte perdón, solo vine a decirte que me dejes en paz, entiende que nuca te quise, solo fue parte de un trato que hice con Celestina. Es más, la traje para que reafirme todo lo que ya te he dicho.
CELESTINA: Si, es cierto lo que dice Melibea y ya por favor Calisto déjala en paz. Además, puedes conseguirte a la chica que quieras, eres guapo y tienes dinero.
CALISTO: (parado en la puerta) No saldrás de aquí, tu eres mía y de nadie más. Solo sobre mi cadáver cruzaras esta puerta.
MELIBEA: Calisto, por favor permiso, no me obligues a utilizar la fuerza.
CELESTINA: Déjala salir y olvidémonos de este incidente.
Melibea se hartó y trata de sacar a Calisto.
MELIBEA: Quítate de aquí, sino quieres por las buenas por las malas será.
CALISTO: (la agarra de los brazos fuertemente y la pone contra la puerta) No, no te dejare ir. No puedo vivir sin ti, eres el motivo por el cual vivo.
Entonces Celestina va ayudar a Melibea, tirándole manotazos a Calisto, por lo que este le tira una bofetada y la empuja.
CELESTINA: (levantándose) No te preocupes Melibea yo te ayudare.
Se dirigió a la cocina por un cuchillo mientras que Calisto estaba concentrado en no dejar escapar a Melibea.
MELIBEA: ¡Ya! Suéltame, me estás haciendo daño.
CALISTO: No, no, no.
Cuando de pronto vuelve Celestina y acuchilla por la espalda a Calisto. Entonces este cae lentamente.
CALISTO: (tirado en el piso y agonizando) Melibea, Melibea, no bella dama, solo quería que me quisieras, aunque sea un poco. Te quise, te quiero y te querré siempre.
MELIBEA: (asombrada y nerviosa) Celestina que hiciste, y ahora que vamos hacer?
CELESTINA: (nerviosa agarra las manos de Melibea) Escúchame, tenemos que irnos de aquí, pero ya, vamos a la casa de Sempronio estoy segura de que nos va apoyar.
MELIBEA: Si, si, vamos.

ESCENA IV
Celestina y Melibea llegan a la casa de Sempronio y tocan desesperadamente la puerta, por lo que este les abre.
SEMPRONIO: Pero ¿qué pasa? ¿Por qué tocan de esa manera?
CELESTINA: (agarrándole las manos a Sempronio) Tienes que ayudarnos Sempronio, por favor.
MELIBEA: Si, por favor ayúdanos.
SEMPRONIO: Cálmense mujeres, y cuéntenme que les sucede.
MELIBEA: Lo que pasa. Es que matamos a Calisto.
SEMPRONIO: (sorprendido) ¿Qué? Pero, ¿por qué?
CELESTINA: Fuimos a su casa a decirle que deje en paz a Melibea, pero este se puso como loco, agarro fuertemente de los brazos a Melibea hasta me tiro una bofetada y me empujo.
SEMPRONIO: (dudando) Déjeme pensarlo, ahora vuelvo.
Estando solas y poco más tranquilas, Melibea y Celestina se ponen a conversar.
MELIBEA: No sé, no lo tengo mucha confianza. ¿Y si nos falla?
CELESTINA: No, no, no creo.
Sempronio vuelve y se sienta a lado de Melibea.
SEMPRONIO: Esta bien las ayudare, solo espero no meterme en problemas.
MELIBEA: (abrazando a Sempronio) Gracias, muchas gracias. Esto te lo recompensare.
CELESTINA: Gracias, sabía que eras un buen muchacho.
Cuando de pronto tocan la puerta y Sempronio abre.
SEMPRONIO: Adelante ahí están.
POLICIA: ¿La señorita Melibea y la señora Celestina?
MELIBEA: (nerviosa) Si, somos nosotras.
POLICIA: Ustedes en estos momentos quedan detenidos por el asesinato del joven Calisto, tienen derecho a permanecer en silencio, cualquier cosa que digan puede ser usada en su contra, también tienen derecho a una llamada y aun abogado en tal caso que no tengan dinero para contratar uno privado el estado le suministrara uno gratuito. Deténgalas.
Entonces las dos mujeres fueron llevadas a la comisaria.
-      FIN  -








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